A inicios del presente año, el Dr. Mark Ofua se enteró de este pequeño pangolín de vientre blanco que necesitaba ayuda urgentemente para lograr sobrevivir, ya que eran muy pocas las posibilidades que tenía para prosperar satisfactoriamente.
El pequeño mamífero nació en cautiverio, en medio de un grupo de comerciantes de carne de vida silvestre, y sin la ayuda adecuada, no resistiría. Por tal razón, el hombre no lo pensó dos veces y se subió a su vehículo para emprender un viaje de 50 kilómetros hasta Epe, Lagos, Nigeria.
El Dr. Mark comentó a The Dodo:
«Cuando llegué al mercado me di cuenta de que sus posibilidades ya eran escasas. Nació de una madre debilitada por el estrés del cautiverio, sin comida ni agua durante días, incluso semanas. Ya estaba hipoglucémico y frío cuando lo encontré».
Sus condiciones realmente eran deplorables, tanto que los comerciantes estuvieron de acuerdo en entregarle el bebé al Dr. Mark, ya que solo era una carga para ellos.
Con el indefenso animalito en su poder, Mark decidió llevarlo hasta SaintMarks Animal Hospital and Shelter, para examinarlo detalladamente y suministrarle diferentes tratamientos médicos.
Desde aquel momento, Mark se encargó del amoroso pangolín llamado Neal, lo calentaba con abrazos y le suministraba una fórmula para aumentar sus fuerzas.
Tal vez, si Neal se hubiera criado en la naturaleza, estuviera colgado sobre la cola de su madre mientras ella buscaba hormigas y termitas para alimentarse. Pero su realidad era otra, por fortuna ha encontrado consuelo y la atención adecuada para tener una mejor vida, por parte de sus cuidadores.
Mark comentó:
«Es un muchacho juguetón que todavía está aprendiendo a ser pangolín. Le gusta mucho buscar a sus cuidadores y acariciarlos para sentirse cómodo. ¡Reconoce fácilmente su manta de alimentación y su biberón, ya que le encanta su leche!».
Por lo general, los pangolines suelen ser tímidos y muy reservados, pero Neal parecer ser todo lo contrario y ama jugar con sus cuidadores. Frecuentemente les da “baños” con su larga y musculosa lengua, lo que le sirve para ejercitarla y aprender a usarla correctamente, para que luego pueda cazar hormigas.
Según Mark, una vez que Neal sea mayor y se pueda alimentar por sí mismo, será enviado al centro de rehabilitación de pangolines de SaintMarks, que está ubicado en medio de un bosque protegido, así que es un lugar seguro para Neal y con suerte pasará sus días allí.
Una organización que tiene como objetivo reducir el consumo global de productos que afectan la vida silvestre, se unió a los esfuerzos para conservar a los pangolines.
La organización WildAid, financió la construcción de un “pangolorum”. Es el primero de este tipo en África Occidental y ayudará a muchos animales necesitados.
Esta área de liberación servirá para que los pangolines rescatados puedan ser reinsertados en la naturaleza de forma segura, incluido Neal cuando esté listo. Mark espera que en algún momento esta especie pueda vivir en tranquilamente en la naturaleza, pero aún queda un largo camino por recorrer.
«Para protegerlos debemos crear un programa educativo a gran escala para toda la comunidad sobre la necesidad de cuidarlos, mientras alentamos al gobierno a asumir el deber de proteger las especies en peligro de extinción».
Según estudios, lastimosamente los pangolines son los animales más traficados del mundo, ya que son apetecidos por su carne y las escamas únicas que poseen. Particularmente, el pangolín de vientre blanco, más conocido como pangolín de árbol, está en peligro de extinción y se encuentra en la lista roja de UICN.
Neal seguirá besando y acariciando a sus cuidadores, en forma de agradecimiento por haberlo salvado, mientras crece y tiene una vida feliz.
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