Puede parecer imposible, pero la mayoría de dueños de gatos domésticos no saben cómo acariciar a un gato. Muchos se sorprenden al observar que su gato reacciona de forma «inesperada» mediante un mordisco o un arañazo justo en medio de una sesión de caricias. No obstante, muchos han sido advertidos sin saberlo.
Sabías que acariciar un gato de forma adecuada, positiva y segura. Existen zonas favoritas del cuerpo de los gatos, del lenguaje corporal de los gatos o de cómo realizar una sesión correctamente, prestando siempre atención al bienestar de tu querida mascota
¿Cómo se debe acariciar a un gato?
El gato doméstico es, al igual que otros felinos salvajes, un animal solitario. No obstante, la domesticación ha cambiado notablemente la conducta social de esta especie. Esto significa que un gato puede ser más o menos tolerante, dependiendo de la genética, la socialización y las experiencias vividas.
Es muy sabido también que a los gatos les desagrada la manipulación excesiva, por ello, aprender a interpretar el lenguaje felino es clave para conocer mejor a nuestro gato, identificar su umbral de tolerancia y tener unas expectativas adecuadas a la hora de relacionarnos con él.
Señales de que tu gato es muy feliz.
- Postura corporal relajada
- Orejas erguidas
- Cola y cabeza levantadas
- Caminar seguro
- Cola «vibrando»
Cuando identifiques alguna de estas posturas corporales sabrás que tu gato se encuentra relajado, receptivo y listo para ser acariciado. Sin embargo, tu también deberás proporcionarle confianza ofreciéndole un ambiente relajado, utilizando un tono de voz suave y agudo o aproximándose lenta y progresivamente.
Igualmente será fundamental dejar que el gato tome la iniciativa a la hora de iniciar una sesión de caricias. Seguiremos atentos a su lenguaje corporal para advertir cualquier síntoma de desagrado y dejaremos que el gato se marche, es decir, que él mismo decida cuándo finalizar la sesión de caricias. Nunca hay que excederse sino limitarse a sus límites.
¿Dónde acariciar un gato?
Existen zonas favoritas del cuerpo de los felinos en donde les gusta ser acariciadas. Aún así, deberás reservar algo de tiempo cada día para conocerle mejor, pues cada gato tiene sus propias preferencias.
Hay que empezar a ofrecerle caricias largas, suaves y a favor del pelo, nunca a contrapelo. Lo ideal es seguir siempre la misma dirección y evitar darle palmadas, darle golpes o pellizcos, aunque la intención sea buena. En estas primeras sesiones debemos ser lo más cuidadosos y afectuosos posibles.
Empezaremos por la cabeza, «peinando» con las yemas de los dedos la parte superior de la cabeza y la nuca. También se puede masajear la zona superior y media de la espalda, empezando por las escápulas y terminando cerca de las vértebras torácicas. Así mismo, se puede rascar suavemente las mejillas y la parte inferior de la barbilla, aunque estas zonas pueden estar reservadas para aquellas personas más cercanas de tu gato.
Hay que evitar acariciar la barriga, la cola, las patas o las almohadillas. Estas zonas no les suelen agradar y es muy probable que se observe señales de desagrado al tocarlas. En el caso de ignorarlas el gato puede empezar a subir la intensidad de las advertencias, mediante un arañazo o mordisco.
Existen señales de un gato que está enfadado, las cuales son:
- Postura corporal tensa
- Las orejas hacia atrás
- La cola erizada
- Cola dando «golpes»
- Cola muy rápida
- Tiene movimientos rápidos
- Manto erizado
- El cuerpo arqueado
- La boca abierta
- Gruñidos
Si se observa cualquiera de estas señales, nos detendremos inmediatamente. Sin embargo, debemos tener en cuenta que nunca es aconsejable que el gato llegue a mostrarlas. Por tal razón, lo ideal es que poco a poco se identifique cuál es el límite de tolerancia del gato y que nunca intentar sobrepasarlo.
En las sesiones de caricias hay que intentar proporcionar siempre una experiencia positiva, prestando mucha atención al bienestar del gato y a su lenguaje corporal.
¿Cómo acariciar a un gato para que duerma?
Muchas personas se preguntan cómo acariciar a un gato bebé para que se relaje y se duerma plácidamente. Hay que recordar que el sueño es uno de los hábitos más importantes para los gatos, especialmente en sus inicios, pues de ello depende un correcto aprendizaje y bienestar.
Para relajar un gato y lograr que llegue a dormir lo ideal es proporcionarle caricias suaves y largas. Además, hay que proporcionarle pausas para que el organismo deje de estar estimulado y pueda empezar a descansar, hasta que finalmente nos detendremos. El calor, el silencio o la música suave también son claves para que el felino se duerma.
¿Cómo acariciar un gato arisco?
Muchas personas se preguntan cómo hacer que un gato se deje acariciar. Sin embargo, una de las claves para lograr que esta rutina sea positiva y respetuosa es permitir que sea el propio gato el que la inicie y la termine.
En ningún caso se debe castigar o regañar a un gato que no desea ser acariciado. De hecho, si observamos que el gato se deja acariciar menos, se muestra agresivo, asustado o rechaza la manipulación, se puede sospechar que existe un problema relacionado con el estrés. Tampoco se debe tocar al gato cuando está relajado, dormido o distraído, pues cuando el gato no quiere ser acariciado y se le fuerza, se está generando una situación de estrés innecesario. Tampoco hay que realizar movimientos bruscos o retirar la mano de golpe.
En los gatos tímidos, asustadizos o con problemas de agresividad la manipulación debe ser suavemente, positiva y gradual. Se debe evitar las «zonas prohibidas» y usar el refuerzo positivo para positivizar la situación. Para ello podemos reforzar con la voz, mediante un «muy bien» u ofrecer golosinas para gatos.
En los casos más graves puede ser necesario consultar con el veterinario pautas de manejo y la opción de utilizar feromonas tranquilizantes para mejorar el bienestar del gato dentro del hogar. Es importante destacar que el estrés, especialmente cuando se habla del estrés crónico, puede llegar a afectar incluso a la salud del individuo.
¿Cómo debemos acariciar un gato callejero?
Para empezar hay que diferenciar los dos tipos de «gatos callejeros» que existen: los gatos ferales (que nunca han socializado con el ser humano) y los gatos abandonados (que han pertenecido a una familia). Los primeros nunca aceptarán la convivencia y el contacto con las personas, mientras que los segundos sí pueden llegar a relacionarse de forma positiva.Empezar dejando que el gato olfatee la mano para que pueda identificarnos y, de esta forma, sentirse más cómodo en su presencia. Si no demuestra interés no hay que forzar la situación y buscar un momento más propicio para relacionarse con él. Una vez más hay que fijarse en su lenguaje corporal.Si se aprecia señales positivas, por ejemplo que se frota contra nosotros o que pide atención, entonces podemos intentar acariciarle con precaución, suavidad y movimientos lentos. Mismamente, hay que tener cuidado si se identifica un ligero ronroneo, aunque generalmente es una señal de bienestar y agrado, también puede significar que el gato no se siente totalmente cómodo.
Los beneficios de acariciar un gato
Existen diversos beneficios que supone relacionarse con un gato y darle caricias. Según diversos estudios acariciar un gato afecta de forma positiva a nuestro estado de salud, reduciendo en un 30% el riesgo de ataque al corazón.Así mismo, el impacto en nuestro organismo es increíble. Las personas que acarician gatos regularmente afirman comunicarse mejor, tener una mayor capacidad de concentración y ser más comprometidas. También afirman que impacta en el estado de ánimo y que disminuye la ansiedad.
Ahora conociendo todo esto, que te detiene para acariciar siempre a tu gato.
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