Leal es un adjetivo que se queda corto ante el momento que ha protagonizado un cachorro al ver a su hermano lesionado y en serios problemas.
Como sucede en toda situación difícil, aquellos que están a tu lado en los momentos más complejos de la vida son los seres que realmente valen la pena, precisamente esto lo han reafirmado dos mestizos que le han dado una gran lección de lealtad al mundo.
Un cachorro de pelaje corto que vivía en un terreno baldío junto a su madre y su hermano sufrió un traumatismo en sus piernas, quedando gravemente lesionado de una de ellas.
Afortunadamente, a esta familia canina le cayeron un par de ángeles del cielo que decidieron actuar rápido para salvarlos.Se trataba de los voluntarios de Animal Aid Unlimited en la India.
Cuando los chicos llegaron encontraron al perrito abatido sobre unas bolsas plásticas, aunque estaba muy lastimado, éste se asustó e intentó huir en el momento en que los voluntarios intentaron ayudarlo.
A su lado estaba su hermano que parecía quererlo tranquilizar. La mamita miraba desde un punto apartado, segura de que esas personas harían lo correcto.
El cachorro necesitaba recibir ayuda médica y no se la podían brindar desde ese terreno baldío, así que lo llevaron al refugio de la fundación. Después de una hora el perrito asustado se había tranquilizado y apostó por confiar en los desconocidos.
Tras el chequeo se determinó que el perrito no tenía fracturas, sino la lesión abierta que debía ser atendida. Con ayuda de una jeringa lograron limpiar la patita del peludo y su carita; para prevenir que se infectara le dieron a tomar un poco de antibiótico.
Con el paso de los días el perrito ganó peso y también mucha confianza. Su recuperación era evidente, pues no solo atendieron sus lesiones sino la baja de peso que presentó al llegar.
Además de eso, logró hacer nuevos amigos a los que se unió rápidamente. Parece que el peludo había empezado a extrañar a su familia y el cariño de ese hermanito fiel que lo acompañó durante su convalecencia.
Una vez el perrito cumplió su tratamiento y estuvo notoriamente recuperado, fue llevado a las patas de su mamita y su hermano. Los voluntarios lo bautizaron como Jimmi y lo entregaron a su familia como un peludo completamente sano, ya no había sangrado ni dolor.
Aunque el perrito había salido a las calles, tras un mes de atenciones en el refugio, los voluntarios quedaron comprometidos para monitorear de cerca a Jimmi y su familia.
Los vecinos del barrio en el que estos perros viven brindaran apoyo con la alimentación y cuidados, hasta que la fundación encuentre una familia que los quiera adoptar a todos.
El perrito, su hermano y su mamita formaron un grupo bastante unido, así que a los rescatistas no les parece justo separarlos. Esperemos que pronto pueda parecer esa familia que estos pequeños tanto necesitan y así tanto Jimmi como su grupo dejen de correr riesgo en las calles.
GIPHY App Key not set. Please check settings