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Los gatos tienen ojos extraordinarios que les permiten ver claramente interiores y exteriores en diferentes momentos del día. No obstante, las lesiones en los ojos y muchas enfermedades pueden perjudicar significativamente la vista de un gato o incluso causar ceguera.
Es importante detectar una ceguera incipiente a tiempo, tu gato puede recibir un tratamiento que puede salvar total o parcialmente su vista. Busca cambios físicos o de comportamiento que puedan indicar si el gato está perdiendo la vista o si es ciego, para que puedas cuidarlo mejor.
Los gatos no solo pueden quedarse ciegos por enfermedades oculares. A veces, su capacidad visual disminuye de forma natural con el paso de los años.
Síntomas de la ceguera en gatos
La ceguera, sin duda, provocará cambios en el comportamiento de tu gato:
- Camina en cuclillas, intentando pegar el cuerpo al suelo.
- Se desplaza pegado a las paredes.
- Muestra más inseguridad a la hora de saltar, o directamente no lo hace.
- Tiene miedo de moverse en la oscuridad.
- Cambia su personalidad, se vuelve más desconfiado, asustadizo y huidizo.
- La presencia de sus ojos cambia, pueden volverse rojizos o de aspecto opaco o nublado.
- El gato choca contra objetos de vez en cuando.
- Se asusta cuando oye ruidos fuertes de repente.
- Ya no está tan activo como antes y apenas trepa.
- Se queda confundido delante de las paredes y ya no encuentra la salida de las habitaciones (desorientación).
- Si lo tocas, se asusta y puede que reaccione de forma agresiva o arisca.
- Puede que tenga las pupilas muy dilatadas.
- Es posible que desprenda una secreción purulenta, transparente o amarilla por los ojos (epífora).
- Si tu gato se ha hecho daño o aparecen otras alteraciones estructurales, puede que un ojo parezca más grande o más pequeño que el otro.
Causa de la ceguera en gatos
1.- Las cataratas: es una patología que afecta al cristalino, la lente que permite el enfoque de los objetos. Esta alteración produce una pérdida de transparencia parcial o total en el cristalino, lo que provoca que llegue menos luz al ojo produciendo una pérdida gradual de la visión. Puede afectar a uno o a los dos ojos a la vez, y suele estar provocada por otra enfermedad o una lesión como:
- La diabetes.
- Un traumatismo.
- Uveítis crónica.
- Tóxicos o úlceras.
- Factor genético, hay razas más propensas a sufrirlas de forma hereditaria como el gato azul ruso, el sagrado de Birmania y el persa.
2.- El glaucoma se produce por una tensión intraocular elevada. Es una patología con una carga genética importante, aunque puede ser provocada por otra enfermedad como infecciones oculares producidas por una pelea callejera o un traumatismo, uveítis, cataratas o neoplasias.
3.- Golpes y traumatismos pueden provocar una lesión interna en el ojo por el impacto afectando a su visión hasta provocarle la ceguera.
4.- Uveítis. La úvea es la capa vascular del ojo que incluye el iris entre otras estructuras. Puede verse afectada por un golpe o una herida debida a un accidente o una pelea y cuando esto ocurre implica su mal funcionamiento pudiendo provocar la pérdida parcial o integral de la facultad visual del gato. Suele darse sobre todo en gatos callejeros.
5.- Desprendimiento de retina
En la retina se encuentran las células responsables de convertir la luz en estímulos sensoriales. Si la retina se desprende, el gato se queda ciego. La causa más común del desprendimiento de retina es la hipertensión.
6.- Úlceras corneales.
¿Qué hacemos si notamos algo raro en los ojos de nuestro gato o notamos que ha perdido parte o toda la visión?
Inmediatamente debemos acudir a nuestro veterinario pues cuanto antes se diagnostique el problema que padece nuestro gato, más posibilidades de controlar el problema, aunque en muchas ocasiones la ceguera ya será irreversible.
En la clínica, el veterinario realizará un examen general del animal con una palpación (puede notarse aumento del tamaño del tiroides en casos de hipertiroidismo), auscultación (pueden detectarse cardiopatías), medición de presión arterial y análisis complementarios (electrocardiografía, ecografía, radiografías y analíticas de sangre y orina para ver enfermedades sistémicas que puedan estar causando este problema. Entre ellas podemos citar la enfermedad renal crónica, cardiomiopatía hipertrófica felina, hipertiroidismo felino, etc.
También se realizará un completo examen de los ojos del gato en el que se incluirán pruebas como los reflejos fotomotores, reflejo de amenaza, seguimiento de objetos, producción lacrimal, presión ocular, oftalmoscopia directa e indirecta, goniometría, ecografía ocular, retinografía, etc. para tener un conocimiento exacto del estado de los ojos y de su capacidad visual.
Una vez que se tenga el diagnóstico exacto del problema se procede a instaurar el tratamiento pertinente, el cual va dirigido a la causa del problema ( tratamiento de la hipertensión arterial, tratamiento de la enfermedad renal, el hipertiroidismo, de la cardiopatía, etc.) y a tratar el problema ocular en concreto, cuyo tratamiento puede ser médico o, incluso, quirúrgico ( tratamiento de glaucoma, tratamiento de desprendimiento de retina, etc.) pero SIEMPRE, cuando sea posible o exista la posibilidad real de una recuperación total o parcial de la visión en el animal.
Los problemas en los ojos, tanto en gatos como en perros, tiene todo un carácter serio y no debemos descuidarlos en ningún momento. Un simple lagrimeo puede ser síntoma de una importante enfermedad y es conveniente no dejar pasar el tiempo para ver la evolución, sino que nuestro veterinario sea quien decida lo que debemos hacer.
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