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La obstrucción urinaria afecta sobre todo a los gatos macho, puesto que poseen una uretra más estrecha y larga que las hembras. Esta afección puede devenir en un cuadro potencialmente letal que requiere de atención urgente.
Causa
La obstrucción urinaria la puede causar un cálculo formado en la vejiga que ha quedado atrapado en la uretra. Un «tapón» consistente, entre otros elementos, en células y cristales también puede ocasionar una retención de la orina.
La causa de los materiales inflamatorios y la formación de cálculos están originado por múltiples factores, siendo las infecciones y la dieta las que podrían desempeñar preponderante en la etología del cuadro. También se han registrado otras causas como cáncer, lesión previa que provoca cicatrización y traumatismo.
Signos clínicos
Los gatos pueden mostrar signos de inflamación de las vías urinarias e incomodidad, que incluyen dificultad para orinar, micción frecuente, sangre en la orina, micción dolorosa y micción fuera de la caja de arena. El gato intenta orinar en vano repetidas veces, o bien solo expulsa unas gotitas, a menudo mezcladas con sangre. La vejiga se llena de orina continuamente desde los riñones y va aumentando de tamaño al no poderse vaciar con normalidad. El gato se muestra intranquilo y suele dar señales de dolor en sus intentos de orinar.
Diagnóstico
Se realizan pruebas a través de radiografías o ecografías para comprobar si hay algún cálculo que obstruye la uretra.
Tratamiento
Los gatos que tienen una obstrucción urinaria necesitan un tratamiento de emergencia. Se necesita sedación o anestesia general en todos los pacientes, para permitir la colocación de una sonda en la uretra para irrigar el tapón hasta que salga o forzar el cálculo a que vuelva a la vejiga. La vejiga se irriga y drena abundantemente a través de la sonda para eliminar cualquier sedimento restante.
La sonda urinaria se deja colocada habitualmente durante unos días hasta que disminuye la inflamación uretral. Una vez que se elimina la sonda, se evalúa al gato para asegurarse de que ya puede orinar libremente antes de darle de alta del hospital. El veterinario también puede recetar analgésicos, un cambio en la dieta para disminuir la tendencia a formal cristales y otros medicamentos para que el gato se sienta más cómodo y ayudarle a relajarse.
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