Desde que este chihuahua llegó a este mundo ya ha visto cambiar cinco veces los mandatos presidenciales en su país, el estreno de las redes sociales y numerosos episodios históricos. Su nombre es Bully, un chihuahua que alcanzó un hito en la historia de su raza al cumplir 23 años y como era de esperarse sus cuidadores no podían dejar que la fecha pasara desapercibida.
Aunque ahora luce muchas canas en su pelaje, Bully fue un chihuahua color café que compartió los mejores años de su vida junto a su familia.
El perro duró 21 primaveras al lado de una pareja de ancianos que lo querían como al más grande tesoro, pero esas atenciones desaparecieron cuando los abuelos partieron de este mundo.
Al fallecer sus dueños no hubo quien se encargara del chihuahua y estuvo a punto de parar en las calles.
Afortunadamente los voluntarios de The Mr. Mo Project, se enteraron del caso. Se trataba de Chris Hughes y su esposa, quienes desde hace unos años administran el refugio canino dirigido a perros mayores.
Esos a los que las personas muchas veces dejan de lado por sus enfermedades o faltas de agilidad. La anterior familia del chihuahua lo describía como: “perro grande en el cuerpo de un perro pequeño”, y eso parece haberse atenuado con los años puesto que Bully es un perrito de armas tomadas.
Hughes dijo:
“Bully es luchador, travieso, dulce, independiente, gentil, tranquilo y tiene un ladrido de viejo. Incluso a su edad, le gusta tratar de empujar a otro de nuestros chihuahuas”
Después de esas tardes de juegos rudos con los demás miembros de la casa, Bully reclama su derecho a una buena siesta.
Hughes añadió:
“A Bully le encanta dormir y se ha ganado ese derecho. Se quedará dormido absolutamente en cualquier lugar, a veces en el medio del piso de la cocina, en un orinal o en la cama más grande y cómoda de la esquina”
Así suele pasar el chihuahua sus días, pues pese a su edad aun conserva un equilibrio entre sus energías. Y en aras de celebrar su espíritu tan altivo, la familia decidió que darían a Bully todas las cosas que más le gustaban en su día.
Pero eso no es todo, sino que la fiesta del chihuahua estuvo decorada con motivo especial para capturar las merecidas fotos del recuerdo.
Como la dieta es ahora un tema complicado con este chihuahua que ya casi no tiene dientitos, la familia decidió comprarle unas galletas blandas como bocadillos para su cumpleaños.
Aunque suene pequeño el gesto, en realidad es bastante tierno de parte de estos cuidadores que hacen todo por mantener a los perros del refugio muy alegres.
Para Hughes y su esposa es vital que la alegría y el amor reinen en el refugio, por eso tratan de aplaudir hasta los pequeños detalles.
Hughes finalmente añadió:
“Tratamos de celebrar todas las cosas grandiosas que suceden en nuestro hogar porque muy a menudo suceden cosas no tan grandiosas.
Celebramos cuando los perros terminan los tratamientos de quimioterapia, los cumpleaños, las adopciones y se sabe que tienen Navidad en julio si creemos que alguien no llegará hasta Navidad”,
Este chihuahua sufre de una enfermedad cardíaca, por eso para la familia también era importante celebrar que aún se encuentre con ellos en este mundo y aferrándose a la vida. Nadie sabe cuanto tiempo más pueda pasar sobre la tierra, pero mientras ellos se encargan de disfrutarlo y hacerlo verdaderamente feliz.
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