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¿Cómo controlar a un perro dominante?

Convivir con un perro con problemas de comportamiento es un reto muy difícil de afrontar. Un perro dominante es aquel que, frente a otro perro o persona, gana (o lucha por ganar) el acceso a un recurso de valor (ya sea por un juguete, un plato de comida o un lugar en el sofá). El perro sumiso es aquel que acepta que el otro le gane sin revelarse.

¿Cómo es la conducta cuando un perro es dominante?

En ocasiones, el nivel de jerarquía del animal dependerá de ciertos recursos. No hay una serie de comportamientos específicos para un perro dominante, sino que el animal generalmente muestra un comportamiento y una actitud dominante frente a determinadas cosas como: premios, pelotas, comida, dueños, otro machos o hembras, individuos o elementos.

De hecho, la dominancia en perros se manifiesta más bien con una presencia destacable y la paz interior del perro. Los perros dominantes son seguros de sí mismos. Son conscientes de su superioridad y no necesitan gruñir ni ladrar fuerte para demostrar nada. En un grupo de perros retozando, el perro dominante es más bien el que se mantiene relajado al margen. No es que sea tímido, sino que no necesita estas peleas tontas. Su postura es erguida y se mueve con seguridad y estabilidad, con la cabeza y las orejas levantadas. La cola apretada o el lomo redondeado, signos de miedo o nerviosismo, apenas se ven en los perros dominantes.

¿Cómo prevenirlo?

Para prevenir comportamientos de «dominancia» de nuestro amigo peludo, sería aconsejable:

  • Utilizar de forma correcta el premio y castigo.
  • Llevar un control de su alimentación. Es importante ponerle el plato de comida más o menos a la misma hora y retirarlo, haya comido o no, aproximadamente a los 20 minutos.
  • Jugar adecuadamente. Evitar juegos que potencien comportamientos de dominancia.
  • Entender su lenguaje para reconocer cuales son las posturas dominantes y las sumisas.
  • Trabajar adecuadamente la obediencia.
  • Nunca dejar a un perro solo con un niño. Los niños, en general, adoran a los animales y pueden ser un poco bruscos explorando a nuestras mascotas. Pueden tirarles del pelo, perseguirlos incansablemente por la casa o darles de comer cosas que pueden dañar a nuestro animal.

 

¿Cómo controlarlo?

Las conductas dominantes «no pueden corregirse» ya que no son algo negativo, forma parte de la comunicación natural de los perros. Aunque la castración puede atenuar el impulso dominante, lo cierto es que algunos de ellos siguen teniendo tendencia dominante después de la operación. Dependerá de cada caso. Lo que sí está garantizado es que nuestro perro, una vez recuperado, tendrá una actitud más calmada y estable.

Algo que podemos hacer para mejorar los problemas que pueden surgir por las tendencias dominantes, es trabajar la educación y el adiestramiento de nuestro perro, siempre en positivo, para lograr una mejor respuesta en nuestro compañero y evitar así situaciones descontroladas

El adiestramiento correcto: consecuente, pero no dictatorial

Cuando un perro, se comporta de manera dominante, en la mayoría de casos simplemente está mal adiestrado. Los perros se guían por las personas y, lógicamente, prueban qué comportamiento les vale la pena y cuál tiene consecuencias. No lo hacen para asumir el papel de perro alfa, sino para encajar en la sociedad. Por eso, dejarles claro su papel de sumisos del hombre con métodos de adiestramiento alfa no suele servir para nada. Es mucho más importante que te conviertas en un compañero de confianza para tu perro. Demuéstrale que puede confiar en tu criterio y ofrécele una clara orientación en cada situación. Para mostrarle el camino correcto no debes actuar como un dictador, sino con soberanía, autoconfianza y, sobre todo, consecuencia.

Consejos para tratar a un perro dominante

  • Utilizar de forma correcta el premio y castigo: Por eso es importante saber cuáles son las conductas que merecen ser premiadas y cuáles castigadas y ser igualitarios con todas las mascotas. Cuando hablamos de ‘premios’ puede tratarse de una golosina, un elogio o una caricia que deben proporcionarse al perro de forma inmediata, después de que haya realizado una conducta apropiada.
  • El castigo no debe ser físico, doloroso ni exagerado y también debe darse de inmediato.
  • Llevar un control de su alimentación: Se aconseja alimentar a un perro entre dos y tres veces al día, pero no dejar su tazón lleno para que coma cuando quiera.
  • También es importante evitar suministrarle comida extra cuando el animal la pide; utilizaremos las golosinas y la comida extra para ocasiones donde tratemos de premiar por una conducta adecuada.
  • Es fundamental no darle alimento a tu mascota dominante cuando su dueño esté comiendo en la mesa y siempre darle su alimento después de que éste haya comido. Los individuos dominantes y que ocupan un primer lugar en la jerarquía suelen comer primero.
  • Jugar adecuadamente: Los cachorros usan el juego para conocer qué posición ocupan en relación con el resto de la familia. Los juegos entre perros comúnmente terminan con uno de ellos en posición sumisa y otro dominante. En ningún caso se debe permitir que un perro termine el juego adoptando una posición de dominancia. Para ello se recomienda no optar por juegos de mucha competición y al notar conductas inadecuadas decir un NO rotundo.
  • Trabajar adecuadamente la obediencia: El dueño de un animal demostrará su liderazgo siempre que busque obediencia en el animal evitando que ellos establezcan posiciones de jerarquía. Para ello puedes enseñarle ciertas órdenes como sentarse, quedarse quieto o ir a donde lo llamas. Cada vez que tu perro obedezca puedes compensarlo.

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