Los gatos, a diferencia de los perros, no son propensos a salir de casa. Y si se trata de visitas al doctor mucho peor, pues tienden a angustiarse.
Aquí en este artículo de TGC, te damos algunos consejos que puedes hacer antes y durante la visita al veterinario.
Consejos:
- Es necesario mantener la calma en todo momento:
Es importante que el día que vayas a ir al veterinario te lo tomes con calma, es decir, que metas al gato en el trasportín con tiempo, sin forzar (por ejemplo, animándolo con un juguete, con un snack… si puede ser).
- Asegúrate de que no hay mucho paciente:
Antes de salir de casa, llama a la clínica veterinaria para preguntar si hay mucha gente con sus mascotas esperando en la sala. Si te dicen que sí y te lo puedes permitir, ve en otro momento en el que el centro esté más tranquilo.
- Cubre el trasportín con una manta
Este gesto tan sencillo ayuda a muchos gatos a serenarse. Procura no darle golpes al trasportín mientras lo transportas y llévalo cubierto durante todo el trayecto e incluso mientras esperas que lo atiendan.
- Llévate una toalla de casa
Además, si en casa tienes varios gatos, lo ideal es que te lleves una toalla. La explicación es que tendrá el olor de vuestro hogar y al meterla en el trasportín, ayudará al gato a sentirse más tranquilo.
También a que cuando llegue de la clínica los otros felinos lo reciban bien, pues tendrá el olor de la casa, no tanto de la clínica, aroma este que es desconocido para los animales que no han ido al veterinario.
- El propio día de la consulta médica, se puede pulverizar con feromonas 30 minutos antes de la hora pautada para la salida. De esta forma se facilita llevar el gato al veterinario de una manera tranquila.
Una vez en la consulta
- Pon el trasportín en alto: Cuando estés en la sala de espera, no dejes el trasportín en el suelo. Si no hay sitio elevado donde ponerlo, colócatelo en el regazo.
- Evita que esté mirando a otros animales
- Asegúrate de que los perros no puedan acercarse al gato: Si la clínica no tiene sala de espera específica para gatos, evita todo lo que puedas que los canes se acerquen a olisquear el trasportín o directamente a enfrentarse con tu gato.
Llevar al gato al veterinario en las manos: una mala idea
Si para la visita del gato al veterinario no se cuenta con un trasportín, llevarlo cargado no es lo más acertado. Si bien hay ejemplares que mantienen cierto nivel de calma cuando están en los brazos de sus dueños, en líneas generales, son animales que suelen descontrolarse en cuanto se sienten amenazados o algo los asusta.
Un bolso deportivo puede ser una opción, preferiblemente si se trata de modelos con hoyos o en nailon. De esta forma, el animal podrá ver el exterior y, lo más importante, podrá respirar con facilidad.
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