Si tienes una gata preñada en casa, debes darle un cuidado especial para cerciorarte de que reciba la atención que necesita para concebir y criar de forma segura una camada de gatitos. Una gata embarazada no necesita grandes cuidados para que su gestación llegue a buen puerto: por naturaleza, está preparada física y mentalmente para que así sea.
A medida que las hormonas del embarazo comiencen a actuar, es probable que tu gata se muestre más cariñosa y demande más mimos. El amor y el cariño son fundamentales en el cuidado de una gata gestante, pero es importante recordar que a medida que su cuerpo cambie, tendrás que tratarla con mayor delicadeza.
¿Qué debe comer una gata embarazada?
La dieta que debe llevar una gata embarazada tiene una diferencia sustancial con respecto a una gata normal: puede (y debe) ser ligeramente más rica en calorías, precisamente porque su gasto aumenta como consecuencia de la gestación.
Consejos:
Aquí te damos algunos consejos para cuidar a tu mascota en este período tan trascendental.
- Cuando el embarazo sea evidente, te recomendamos acudir a un veterinario para un chequeo. Le harán una revisión general y probablemente una analítica para comprobar cómo está evolucionando. También calculará una fecha probable de parto y te dará indicaciones de gran valor.
- Debes preocuparte si tu gata preñada pierde interés en comer. Es probable que esto constituya el indicio de un problema mayor y además reduzca la ingesta de nutrientes necesarios. En algunos casos, la gata pierde interés en comer justo antes de dar a luz, pero esto no debe durar por mucho tiempo.
- Debes acariciar a tu gata embarazada, ten cuidado de evitar su barriguita. Esta zona estará muy sensible y cualquier contacto puede incomodarla o hacer daño a sus gatitos. Si tienes que coger a tu gata, hazlo sosteniéndola bajo las patas, en lugar de tocar su estómago.
- Es ideal proporcionar a tu gata un espacio de descanso y plena comodidad, pues a buen seguro se convertirá en su nido: el lugar elegido por ella para parir. La cama, por un lado, deberá situarse en un lugar en el que pueda gozar de tranquilidad. De lo contrario, ella misma buscará un lugar apartado y donde se sienta segura para traer los gatitos al mundo. Y por otro lado, deberá estar libre de corrientes de aire que puedan molestarla o influir en su salud.
- Tu gata debe recibir todas sus vacunas antes de iniciar la gestación. Las madres sanas transmiten su inmunidad a los gatitos a través de la leche, por lo que es bueno asegurarse de que sus niveles de anticuerpos estén al máximo.
- Evita las actividades bulliciosas cuando la gestación de tu gata se acerque a su término y déjala a su aire en la medida de lo posible. Tendrás que ayudarla a permanecer lo más tranquila posible en este momento, ya que un exceso de dinamismo puede provocarle estrés.
- Es importante continuar con el tratamiento de desparasitación durante todo el embarazo. También debes mantener su tratamiento para las pulgas, pero consulta a tu veterinario si el producto que utilizas es seguro para ella y para sus gatitos.
- Debes prestar atención a cualquier flujo vaginal anormal y con mal olor. Esto puede ocurrir durante la gestación o el parto, y en cualquier caso un veterinario debe darle seguimiento.
- Si detectas sangre en la orina de la gata, o notas que está agachada sin que pueda orinar, es probable que se trate de un indicio de infección uterina. Esto puede resultar doloroso para la gata y afectar a sus crías si no recibe tratamiento.
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