Un día que Koda salió a su caminata diaria de las mañanas, jamás pensó que ese día salvaría una vida. Durante su paseo, la curiosa husky descubrió una hielera que contenía a un individuo bastante especial en su interior.
Eran aproximadamente las 5:45 de la mañana, cuando Koda y su madre iniciaron la caminata por su ruta habitual que pasa por el edificio de un centro de rescate local. Por lo general, Koda siempre se detiene para olfatear el área cercana del edificio de Fearless Kitty Rescue, pero esta vez algo distinto la detuvo.
Koda estaba algo emocionada y ansiosa, quería acercarse al objeto que había llamado su atención porque presentía que contenía algo importante en su interior.
Teryn Jones, miembro del centro de rescate, comentó a The Dodo:
«Se dirigió directamente a nuestro banco de donaciones. Allí había una hielera con cremallera, sin agujeros, y luego envuelta en una bolsa de basura. Koda no lo dejaría. Ella estaba como, Hay algo ahí. ¡Quiero ahí! ¡Mamá, mira!».
La madre adoptiva de Koda se sorprendió con su asombrosa reacción, entonces decidió abrir la cremallera de la hielera y un encantador gato negro asomó su cabeza.
El gatito comenzó a jadear con desespero mientras buscaba aire, aunque no hacía mucho calor, el gatito parecía estar aliviado de poder respirar mejor. En aquel momento, la madre de Koda llamó a un voluntario del centro de rescate, quien se apresuró para ayudarlo y darle la bienvenida a su libertad.
El gatito rescatado resultó ser una amorosa gata, estaba nerviosa e inmóvil, pero sabía que ahora estaría en buenas manos y su vida cambiaría.
La gatita, llamada Juliane, poco a poco se adaptó a la vida en el centro de rescate, salió de su caparazón y comenzó a demostrar su gran personalidad.
Teryn añadió:
«Es muy dulce, pero nerviosa y tímida. Le encanta ser un animal de compañía, ronronea y se da vueltas boca abajo. La capacidad de recuperación de ella, al pasar por lo que pasó, es realmente asombrosa».
El nombre Juliane en la cultura danesa significa «sin miedo» y, al parecer, la dulce gatita hace honor su nombre.
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Sin embargo, Juliane aún no está fuera de peligro, pues algunos exámenes médicos demostraron que tiene una gran masa alojada en una parte de su cola. Debido a esto, la gatita tendrá que ser sometida a una cirugía, pero una vez que se recupere por completo, estará lista para encontrar un hogar definitivo.
Teryn finalmente añadió:
«Es dulce y muy limpia, por lo que es la gata ideal. Se sienta y hace lo suyo, no genera problemas… Es muy delicada».
Gracias al gran instinto de Koda, Juliane pudo ser rescatada y ahora tendrá una segunda oportunidad en su vida para ser feliz por siempre. Sin lugar a duda, esta historia nos demuestra que los ángeles de la guarda pueden venir en cualquier forma o tamaño, y su único objetivo es cuidarnos.
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