Esta es una noticia que nos llena de alegría y satisfacción, porque perder a una mascota, nos llena de mucha tristeza y desolación ya que se considera como un miembro más en nuestra familia nos desesperamos al saber que no lo volveremos a ver, por lo que un reencuentro se convertirá en una alegría descomunal. Pero como dice el dicho” Nunca hay que perder la esperanza”
Una mujer, llamada Kristen Williams perdió a su pequeña gata llamada Snickerdoodle en el año 2012, y se lleva la sorpresa de reencontrarla en una revista de catálogo de gatos en adopción, momento en la que su vida se llenó de amor e ilusión. Solo quien sufre una perdida siempre tiene la ilusión que algún día la encontrara o que regresara aunque pasen los años.
Kristen Williams, residente en el condado de Northumberland (Pensilvania), decía que su gatita era realmente inquieta y solía protagonizar pequeñas escapadas hasta la casa de un vecino, pero un día jamás regreso.
Buscaron por toda la zona y hasta en los refugios pero no dieron con ella. Años más tarde cuando Estados Unidos se preparaba para unas nuevas elecciones presidenciales y una protectora de animales aprovecho la ocasión para hacer públicos sus reclamos de que adopten a gatos y “voten” por ellos, mostrando sus fotografías, es ahí cuando Kristen vio a su gatita perdida hace 8 años. Inmediatamente se puso en contacto con la sociedad protectora The Scratching Post, asegurando que la gatita de tres colores le pertenecía y para dar fe a lo que decía mostro unas fotos de cuando ella era pequeña.
En la protectora no pudieron debatir nada. Todo coincidía. A los pocos días se produjo el reencuentro, muy emotivo para todos los presentes, algo difícil de olvidar, la gatita la reconoció enseguida.
¿Dónde estuvo todo estos años?
En la protectora explicaron a Kristen que la gata fue acogida en 2012 por un centro de rescate de mascotas del área de Watsontown. Allí se convirtió en madre.
Durante todos estos años fue adoptada en dos ocasiones. Primero estuvo con una familia durante mucho tiempo hasta que en 2019 fue a parar de nuevo al refugio. Otra familia apostó por su adopción, pero fue devuelta en marzo de 2020 por un problema de alergia.
Ahora, volvía a su antiguo hogar con el nombre de María, bautizada así por la ultima familia, “ella no necesito ningún tipo de adaptación, es como si siempre hubiese estado todo el tiempo aquí”, sostuvo su dueña.
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