Semana tras semana el párroco ofrece a sus fieles un nuevo perrito, acicalado, bañado y listo para ser recibido por una familia
Recientemente, se volvió a viralizar la historia del padre Joao Paulo Araujo quien lleva un par de años llevando a la iglesia a los perros que encuentra abandonados en la calle para que sus feligreses los adopten al final de cada eucaristía.
El padre Joao Paulo es uno de los personajes más conocidos de la región de Pernambuco, en el este de Brasil. Él es el párroco de la iglesia de Santana Gravatá y su historia se ha hecho viral por la buena acción que semana tras semana realiza durante su homilía.
Su iniciativa ha tenido buenos resultados entre sus fieles que acuden a su parroquia, ya que el número de perros abandonados que deambulan por su barrio ha disminuido considerablemente en los últimos meses.
Los perros que no logran obtener un hogar los cuida el propio sacerdote y les da alojamiento en la casa parroquial.
En sus redes sociales, el religioso también comparte imágenes de los animales, quienes suelen convivir con él y con los feligreses durante las misas.
El párroco compartió en Facebook:
“Siempre podrán entrar, dormir, comer, beber agua y encontrar refugio y protección porque esta es la casa de Dios y ellos son de Dios”
Cuenta que su idea de cuidar a los peludos empezó cuando unos feligreses acudieron a su parroquia para vender galletas benéficas cuyos beneficios serían destinados a obras de caridad. Él les propuso que, en lugar de comprar las galletas, ellos hicieran su propia obra benéfica, recogiendo los perritos, y llevándoselos a la iglesia para que él mismo los cuidara.
Por eso el sacerdote comparte en sus redes sociales fotos y vídeos de los perros que acoge y que en muchos casos encuentra abandonados o heridos en las calles.
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