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Veterinario jubilado de 93 años se dedica a fabricar sillas de ruedas para animales discapacitados.

El veterinario jubilado Lincoln Parkes ha vivido una grandiosa y larga vida, dedicando gran parte de su tiempo al cuidado de los animales más necesitados. El Dr. Lincoln ejerció su profesión como veterinario durante varios años y a la fecha ha ayudado una gran cantidad de animales que necesitaban cuidados especiales.

El Dr. Lincoln está jubilado de su profesión desde hace algún tiempo ya, pero adora tanto a los animales que ha elegido dedicar gran parte de su tiempo libre haciendo lo que más le encanta, ayudar a los animales que más necesitan de una mano amiga para continuar una vida digna.

A pesar de no ejercer como veterinario en la actualidad, el Dr. Lincoln continúa buscando el bienestar de los animales que necesitan de su ayuda. Él está feliz de pasar sus años dorados aún enfocado en su gran pasión.

Para cumplir su sueño, fundó la empresa  K-9 Carts, donde fabrica sillas de ruedas para perros discapacitados a medida.

El veterinario pasa sus días diseñando sillas especiales para animales necesitados, y no existe algo más gratificante para él que ver a un perro feliz al volver a correr por sus propios medios con una nueva silla de ruedas.

Ahora puede dedicar todo su tiempo a la elaboración de las sillas K-9, pero realmente las ha estado produciendo desde los años 60, y en todo este tiempo ha ayudado a muchos animales necesitados.

Su gran pasión empezó cuando un hombre se acercó con su perro paralizado en busca de ayuda. El perro tristemente había sido atropellado por un vehículo y terminó paralizado de la cintura para abajo.

El padre del perro estaba desesperado, incluso consideró sacrificar a su querido amigo ya que la calidad de vida del perro había disminuido significativamente y sus cuidados eran muy difíciles y demandantes para el hombre.

En aquel momento, el Dr. Linconl tuvo una grandiosa idea, construyó un carrito para el perrito paralizado y lo llevó a hacer una prueba de manejo. El veterinario y el dueño del perro lo llevaron al campo y jugaron un buen rato.

Quedaron sorprendidos y emocionados cómo el perrito se apresuraba seguir un frisbee, el perro saltaba y atrapaba el disco en el aire con mucha facilidad.

Fue realmente un momento muy emotivo para todos los presentes y cambió por completo la vida de aquel perro. El carrito le había devuelto la alegría y su autonomía, y el doctor Linconl había descubierto su nueva pasión.

Desde que fundó K-9 Carts ha estado cambiando la vida de muchos animales con discapacidad. El antiguo veterinario hace que cada carrito se adapte a las necesidades de los animales, pues el bienestar de las mascotas siempre ha sido su prioridad.

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